Capítulo XI - Lejos del Desierto

Días Oscuros del Sol Naciente

El Nashda era un reflejo perfecto del modo de ver el mundo
que tenían los habitantes del Mundo Exterior.

Dicen que uno puede distinguir un idioma artificial de uno
natural por la longitud de ciertas palabras, la economía
del lenguaje hace que las palabras mas comunes sean mas
cortas que las de uso poco habitual.

Dash (guerra), nuk (matar), alj (morir), ka (arma), nurd (ataque).

¿Lo mas parecido a ‘perdonar’ ?

«Nauhsa-erghk Ukther»: Voluntariamente-Olvidar, el daño causado.

Lenguas y costumbres del Mundo Exterior
Ainala Levskaya


En un viejo almacén, propiedad de la organización, Olfsen ve una vieja película en un viejo monitor.

Una de vaqueros. Le encanta esa película, es del Viejo Mundo, y por supuesto la ve subtitulada.

Ni tiene ni idea de en que coño había hablado esa gente. La mayoría no saben lo que es un caballo, o un vaquero, pero Olfsen si.

Le gustan esas películas por dos motivos, el primero son los caballos, ahora lo pocos animales que viven en estado salvaje están mas interesados en comerte que en convertirse en un medio de transporte.

En estas películas hay uno o dos hombres buenos, y luego están los otros, un montón de hombres malos. Siempre ganan los buenos, y los malos siempre mueren sin dar demasiados problemas. No suplican, no lloriquean mientras se desangran como cerdos, no les entra el tembleque, no se mean encima. Un disparo, y se mueren.

Le gusta ese mundo, es un mundo sin grises, donde le puedes pegar un tiro al malo y no cuestionarte ni un segundo lo que acababas de hacer. En esas películas los malos nunca tienen hijos ahora huérfanos, no hay una mujer llamándote hijo de puta mientras llora sobre un cadáver.

No, son malos, se mueren y a nadie le importa.

Olfsen es delgado, y alto. Tendrá unos 30, y eso es lo que dice cuando le pregunta, -unos treinta- pero es una aproximación. Como muchos de los que nacieron en los tugurios del 17 no sabe exactamente que edad tiene. A su padre también le mataron, pero por mucho que a intentado ahondar en los recuerdos, era demasiado pequeño para recordar quien o porqué.

Igual fue la organización, podría ser, a saber.

La película termina, y en ese mismo momento puede oír como abren la puerta del garaje. Han llegado.

Apaga el televisor, y apura su vaso de vodka. No le gusta beber demasiado, tres o cuatro copas al día, no más.

Pero hoy si ha bebido, hoy lleva bastantes más.

La puerta se abre y entran tres hombres, el primero es Ashur, que entra como si nada, mira a Olfsen, su amigo, su hermano, le mira para luego mirar al viejo televisor y decirle:

- ¿Otra vez viendo esas cosas antiguas? No entiendo que te guste tanto.

La mirada que Olfsen le devuelve es gélida, pero Ashur ni siquiera se da cuentay ahora ya esta rebuscando en el frigorifico por una cerveza.

Ashur no bebe agua, nunca.

Los otros hombres miran a Olfsen buscando alguna indicación de su jefe. Pero Olfsen simplemente mueve la cabeza para señalar hacia la puerta y los dos se marchan dejandoles solos.

Olfsen, a diferencia de Ashur, si cree en la causa, y durante años se a esforzado en demostrarselo a la organización. Pórque a dia de hoy sigue ocupando el puesto 53 en la cadena de mando, es algo que no alcanza a entener. Y aún entiende menos que ese Douglas Einslin ocupase el puesto 43. Un ex-ciudadano que -dicen- que ni siquiera sabe hablar nashda.

Dicen que es bueno construyendo cosas, pero Olfsen sabe que hay mucha gente buena construyendo cosas, y gente que nació en el mundo exterior, no gente críada en la cuna del enemigo.

No le odia, por lo que sabe de el es alguien demasiado irrelevante como para ser odiado.

Olfsen no se considera un extremista, sabe que podría llegar a tolerar a un ciudadano, piensa que incluso, podría considerarlo un amigo, pero nunca, jamás, un igual.

Mira a Ashur, que esta ahora en la mesa, sentado, bebiendose su cerveza, mirando a una esquina del techo mientras bebe, y pensando en lo que sea que piensan los putos tarados.

El se da cuenta de que le esta mirando.

- ¿Como esta Maika?

Maika es la mujer de Olfsen. Muchos piensan que también está en el Sol Naciente, no es asi, pero sin mentir sobre ello, dejan que la gente lo siga pensando. Hay menos posibilidades de que alguien te toque los cojones si cree que el sol Naciente puede venir a por ti.

Maika, solo ella conoce a Olfsen en realidad.

- Bien.

La respuesta le parece suficiente, y Ashur se levanta para mirar por la ventana. Y no lo gusta lo que ve.

- Me cago en la puta...

Se dirige a la puerta, la abre y empieza a gritar a los otros. Hay unos crios fuera intentando rapiñar piezas del coche con el que han llegado.

Cierra la puerta, y se acerca a la ventana otra vez, fuera se oien gritos, y pasos apresurados alejándose.

Olfsen no les culpa, el mismo de pequeño había comido muchas veces gracias a idiotas a los que se les ocurria dejar un vehiculo en la calle durante cinco minutos sin vigilar.

Ashur habia rapiñado con el, pero a Ashur si le molestan esos crios.

- Putos niños de los cojones... ¿Y a estos idiotas tanto les cuesta vigilar el puto coche? Nos han robado piezas tres veces ya este mes.

Normalmente el cabreo de Ashur le haría gracia. Pero hoy no le hace gracia.

Son amigos desde que Olfsen puede recordar y se pregunta en que momento decidió que a Ashur se lo perdonaría todo.

La primera vez que Ashur la cago fué junto con dos nuevos reclutas. Se hartaron de beber, luego entraron en una tienda del armas del 17, y discutieron con el vendedor por no hacer un "descuento a los soldados de la causa".

Esta era la versión de la viuda. La de Ashur era que "el hijoputa se puso nervioso".

Cuando la discusión terminó, el vendedor tenia un agujero nuevo en la cara.

Olfsen no era un idealista, sabía que el Sol Naciente no era para debiles de corazón, pero si la organización había sobrevivido durante siglos era por el apoyo de los habitantes del Mundo Exterior.

Grupos rebeldes con nobles y no tan nobles ideales nacían y morían cada poco en el Mundo Exterior, pero el Sol Naciente permanecía, y Olfsen estaba seguro de que era por la Tradición. El Sol Naciente tenia tradiciones, y no estaban sujetas a interpretaciones, eran jodidamente claras y estaban escritas en sangre y piedra.

Una de las tradiciones decía que solo el enemigo podía ser expropiado, decía que nunca un soldado debía comportarse como un ladrón.

Y era lógico, la organización no podría sobrevivir sin el apoyo del Mundo Exterior, un apoyo, que no se conseguia con soldados borrachos reventandole la cabeza a tiros a cualquier vendedor que no hiciese descuentos.

Pero eran como hermanos, se criaron juntos en las calles del 17, juntos robaban a los adictos al Jet cuando los encontraban durmiendo demasiado puestos como para defenderse, se quedaban su dinero, revendían su mierda a otros Yonkies. Juntos rapiñaban todo lo que podían.

Crecieron juntos, y Olfsen se ablandó y la cagó, le salvó el puto culo, y tapó toda la situación, debería haber saldado la deuda con la viuda con dos muertos, pero la saldo con solo un muerto y mucho dinero para sus hijos.

Olfsen pensó durante mucho tiempo que el padre de Ashur era un hijo de puta, después de todo, ¿quien dejaría que su hijo se juntase con las pandillas de huerfanos? El pensaba que quizás era por eso que Ashur estaba podrido por dentro.

Sabía que cuando eran niños el le pagaba palizas terribles, y pensó que como la mayoría de los que pegan palizas a sus hijos, también lo haría con la madre.

Solo vió al padre una vez, el dia en que enterraron a la madre. Y le sorprendió la gente que hablaba de la fallecida y de su marido, y de lo bien que ese hombre la había tratado siempre a pesar de ser un hombre que venía del yermo y tenia un carácter de hierro. De Ashur, nadie decía nada.

El se acerco al hombre, le dio el pesame, y le dio la mano, pero cuando estaba a punto de apartarse aquel hombre no soltó su mano. Miro a su hijo que estaba en un rincón, se acerco a Ashur para susurrarle al oido un proverbio del Mundo Exterior.

- Unashta-urdai, uni-udackhal, urs bakhta-khaur.

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El padre de Ashur abandonó el 17 poco después, dicen que regreso al yermo.

Y Olfsen debería haber dado mas importancia a sus palabras, pero tiempo después aun tenía que cagarla otra vez.

Nasila era una chica que se había unido al grupo hacia poco, la organización la habia enciado hacia solo tres semanas, y a dia de hoy, aun puede recordar el rostro de la chica cuando reunió el valor para hablar con Olfsen y decirle lo que Ashur le había hecho. Ella había abandonado a su familia por la causa, y Ashur le habia dado la bienvenida a la organización abusando de ella. Olfsen la destino a otro comando, y cuando Ashur llegó, Olfsen le dió una paliza tan fuerte que por poco lo mata. Por eso a dia de hoy le llamaban cerdi a escondidas, Olfsen le hundió la puta nariz dentro de la cara a puñetazos.

Pero el padre de Ashur tenia razón, con las palizas no es suficiente, la mente rota solo encuentra paz en la punta de un cuchillo.

Y ahora Ashur esta ahí, mirando el techo con su cerveza, pensando el muy gilipollas que el gilipollas es Olfsen, pensando que sus hombres no le han contado como ha desobedecido al Olfsen -y lo que es peor- como Ashur se ha cagado en la puta tradición del Sol Naciente.

Ashur esta ahí pensando el muy imbécil que Olfsen no sabrá que por su puta cuenta ha intentado matar al ciudadano, el gilipollas ha cruzado el 17 con tres matados para acabar con al lider de los comandos, y con una hija de la guerra, de noche, mientras duermen, como una puta rata.

Olfsen lo considera su hermano, pero esta vez ni el puede salvarlo, es cuestión de tiempo, todos lo sabrán. Si al menos le hubiese salido bien... pero ni eso.

Toma otro trago, y intentando que ni la rabia ni la pena se manifiesten en su voz le habla.

- Tenemos que ir a por munición, al yermo.

Ashur no deja de mirar al techo con la cerveza en la mano.

- ¿Hoy? Pensaba que venian el jueves.

- Hoy. Sin armas.

- ¿Porque sin armas?

- Son de la OMA, no se fían.

- No me gusta ir desarmado hermano.

- Son de confianza.

- Vale... ¿cuando?

- Ahora.

Olfsen se levanta y sale de la habitación, Ashur malhumorado, se acerca a su pequeño armario y deja su vieja glock dentro antes de salir. Fuera de la habitación, Olfsen y los demás estan esperando, y tanto Olfsen como sus hombres, todos, llevan un arma oculta bajo la ropa.

Se dirigen al coche, Olfsen ha tenido todo el dia para pensarlo. Llegaran al desierto, al yermo, al lugar sagrado donde descansan los espiritus de los guerreros del Sol Naciente. El y Olfsen se apartarán del vehículo, avanzaran solos. Y ha pensado en simplemente ejecutarle, pero no, se lo contará, le dirá la verdad.

Le dirá que lo ha querido como un hermano, que esta vez ni el puede salvarle.

Y cuando Ashur encuentre porfin el descanso, el pedirá a los espiritus del yermo que sea apiaden de su hermano, les dirá que lo ha traido el mismo hasta esa arena porque sabe que los traidores no encuentran el camino al desierto, les contará como ha dedicado su vida a luchar por su causa y les suplicará que tengan clemencia con su hermano.

Suben al vehículo, Ashur mira lejos, al final de la calle, donde estan los crios de antes han intentado desvallijar el coche en su manada.

- Putos crios de los cojones. - dice Ashur.

Para Olfsen eso lo hace aún mas terrible todo, se recuerda a si mismo, con otros crios, y con Ashur. Aun que en ese grupo no todos son crios. Hay un hombre mas mayor, entre ellos. Y esta repartiendo algo entre los crios, a Olfsen le parece que es dinero, y el hombre es mayor, tiene la espalda ancha, se parece un poco a Ashur.

Con tres o cuatro segundos mas, Olfsen ataría cabos, pero uno de sus hombres dice 'en marcha', y otro da el contacto.

El viejo motor del jeep se pone en marcha, para, inmediatamente, convertirse con el resto del vehiculo, Olfsen, y sus otros cinco ocupantes en una enorme bola de fuego, metralla, huesos rotos y carne quemada.

El vehículo no salta por los aires, se rasga en varias partes como si avatares de fuego hubiesen tirado de el en distintas direcciones.

El ruido se desplaza a toda velocidad entre los callejones alcanzando casi un quilómetro y en sus primeros doscientos metros de viaje convierte todos los cristales a su paso en un montón de polvo brillante, toda la calle se ilumina con el color de las llamas.

Mueren los seis al instánte, ninguno de ellos sufre, y a ciento-cincuenta metros las llamas se reflejan en los ojos de Douglas Einslin mientras otra pequeña parte de su alma muere.

Los niños que antes estaban en el vehiculo, y que hace un momento estaban cobrando cien creditos cada uno, agachados en el suelo entienden lo que acaba de suceder.

- Cabrón, nos dijiste que era no se que mierda pera seguirles. Son del Sol Naciente viejo loco, ¡te van a matar!

Pero Douglas ni se inmuta, da cien creditos mas al crio restante.

- Cuando pregunten, direis que lo hice yo. Decidselo a todos, que soy Douglas Einlsin, y decidles que Olfsen era un traidor. Decidles que quiso traicionar al Sol Naciente.

Se da la vuelta y camina hacia la oscuridad de otro callejón. Nadie sufrió. Doug uso tres veces mas de lo necesario, para que ninguno de ellos sufriera.

Y una parte de el grita que había prometido no hacer nunca más algo asi, pero otra parte lo que dice es que:

Nunca deberían haber puesto en peligo a Dominike.

Solo queda la novia de Olfsen, ella también es del grupo, eso todo el mundo lo sabe.

Mira su reloj.

A estas horas, seguro que Laura ya la ha matado.

 

 

douglas