Capítulo IX - La Vieja Hechicera

Días Oscuros del Sol Naciente - Morgan Olufsen

Para descender en el Tejido,
era necesario tener dos dones.

El primer don era ser uno de los aptos,
sin este estabas a salvo.

El segundo don era más complejo,
elegidos entre los elegidos.

El segundo don consistía en poder
soportar lo que verías allí.

Eran muchas la hechiceras que habían
decidido que no tenían el segundo en
la soledad de su habitación.

Yo había visto a dos de ellas, balanceandose
en el aire de su habitación con un taburete
bajo sus pies y una soga en el cuello.

Nací en el Mundo Exterior,
no me daba miedo ver un cadáver.

Lo que me resultaba terrorífico era que
solo allí, meciendose en el aire,
pude de ver algo de paz en sus rostros.

El Conflicto Invisible -Anónimo

 

 

Nadine, despertando en la cama de un templo de la Nugh Shigurath

En la calle un cártel de neón que anuncia mujeres bonitas a un precio asequible parpadea dos segundos al activarse.

La parpadeante luz rosa se cuela a través de una ventana para caer sobre los ojos de Nadine, quebrando su sueño.

La gente cree que la Niugh Shigurath tiene templos en el Desierto, templos donde las hechiceras visten de rojo por toda la sangre que han visto derramarse en el Oráculo.

Pero este Templo de la escuela es como tantos otros, solo un lugar que no llame la atención en el sector 19, solo un almacén rodeado de casas de putas y de las miseras viviendas de los trabajadores de la factoría.

Las pocasa veces que salen al exterior lo hacen con con monos grises como los de los trabajadores, no con túnicas rojas que las delaten como hechiceras.

Nadine ha tenido un sueño erótico, en el transcriptor apartaba su máquina de escribir, la levantaba y la sentaba en la mesa, ponía sus manos en su cintura atrayendola hacia ella para besarla muy fuerte.

Sabe que no es para tanto, pero Nadine hace años que no tiene un sueño sexual por si misma, no fuera del tejido, y teniendo en cuenta que la hechicera tiene 24 años, piensa que eso solo puede significar que está jodidamente rota por dentro.

En esta habitación está la cama dónde se encuentra, y hay un armario viejo donde guarda sus poquísimas pertenencias. Es la habitación que se le adjudicó, y la habitación donde duerme, poro no es su habitación, es solo otra habitación.

Otra habitación, en otro almacén del Sol Naciente, un almacén cedido al Oráculo, durante no-se-sabe cuanto tiempo.

Siempre igual, de un lado a otro, siempre moviéndose y escondiéndose para esquivar los posibles asesinos de la Escuela Idólatra.

Y esta habitación que no es suya, no le gusta. El armario está a la izquierda, y al fondo -cuando mira hacia los pies de la cama- ve la puerta de entrada y a su derecha el pequeño lavabo.

Se parece demasiado a la primera que le adjudicaron, tenía esa misma distribución. Y no puede recordar apenas las docenas de otras habitaciones, pero recuerda la primera.

Porque es allí dónde descubrió lo que descender en el Tejido significaba.

En su primer sueño ella fue una chica de -cree- algún lugar cerca del sector 20.

En su primer sueño, un hombre la violó.

Las violaciones eran tristemente habituales, El Oráculo no filtraba nada, y el Oráculo mostraba con especial intensidad y insistencia aquellas cosas que tenían (o desencadenarían, o habían desencadenado) un impacto psicológico más fuerte.

Violaciones, odio intenso, venganzas, asesinatos, perdidas de un ser querido, torturas...

Por supuesto también reflejaba cosas como el amor verdadero, la felicidad intensa, o la realización de un sueño. Ella descubrió pronto que en el mundo lo primero abundaba más.

Llamaban a esos sueños 'residuos', cosas no especialmente relevantes, pero que durante un instante hacían la suficiente mella en las hebras del Tejido como para que el Oráculo las captase.

La mayoría de descensos en el sueño del Tejido eran para ver eso, residuos.

Cuando despertó de su primer descenso y de su primera violación, lloró tanto que pensaba que en algún momento no podría respirar y se ahogaría.

Las dos hechiceras que la acompañaron en sus primeros descensos intentaban calmarla, y le repetían sin cesar '¡no eras tú! ¡no eras tú!', pero ella les daba patadas y les mordía para sacarselas de encima, no quería que nadie la tocase, no quería -ni siquiera- que nadie la mirase.

Durante semanas le pareció oler continuamente el hedor a sudor sucio y alcohol de aquel hombre. Durante semanas buscó bajo su ropa rasguños y moratones que de algún modo le dolían pero que no conseguía encontrar en su piel.

Pensó que superado eso, ningún descenso podía ya ser peor.

Se equivocaba.

Porque dos semanas más tarde, cuando con la práctica los descensos empezaban a hacerse más vividos y mas claros, el mismo hombre encontró a otra chica, ella volvió a soñar con él.

Y si, podía ser peor. Porque en esta ocasión Nadine no fue víctima, si no verdugo.

Ella lo hizo, junto a aquel hombre. Lo hicieron juntos. Y con él ella disfrutó de cada golpe que le dieron, de doblegarla y someterla, se excitó con el poder que sentía al arrancarle la ropa y las lágrimas. Se sintió poderosa con él y gozó saciando un hambre perverso y enfermizo que ella no conocía. Sus pensamientos con ese hombre eran uno, y ese pensamiento decía que: si no quisiera esto, no habría entrado sola en quel callejón la muy puta.

Nadine tenía 15 años cuando violaron aquélla chica, ese fue el primer orgasmo de Nadine sin estar sola.

Y cuando regresó, aún con el éxtasis recorriendo su cuerpo, solo entonces, se dio cuenta de lo que habían hecho.

Vomitó todo, y cuando no tenía nada mas que vomitar, se quedó en el suelo de un lavabo como el que ahora tenía delante, en una habitación demasiado parecida esta, se quedo allí agarrada a la taza ahogándose en arcadas sin nada mas que vomitar ya. Descubrió que ni siquiera las hechiceras saben como vomitar el alma.

Si, claro que lo pensó. Como tantas otras hechiceras, pensó que no sería lo bastante fuerte para soportarlo, Nadine pensó en ponerle fin.

Seguramente no lo ocultó bien, porque durante meses los controles de los médicos se intensificaron, y durante meses a menudo alguna de las hechiceras venia a su habitación para pedirle -como una simple rutina de control- que se quitase la ropa para asegurarse de que no se estaba haciendo daño a escondidas.

Un residuo, algo que ni siquiera aportaría información relevante a la escuela.

Alguien llama a la puerta, y Nadine agradece tener algo distinto en lo que pensar.

  • Adelante

Un guardia de seguridad con un chaleco anti-balas y una AK47 a la espalda abre la puerta, y se aparta para dar paso a la Hechicera Superiora.

No es tan mayor como pensaba, tendrá unos 40 años, tiene rasgos del desierto, es alta y delgada, el pelo largo y unos ojos verdes que son preciosos pero no transmiten más que indiferencia.

Nadine se levanta antes de que entre en la habitación, y cuando la mujer se detiene a dos metros de ella, inclina la cabeza ligeramente y se presenta:

  • Nadine-22, Octavo año, Novicia.

Ocho años ya desde su primer descenso, hacía tiempo que no se paraba a contarlos.

Nadine-22, las novicias renunciaban a su apellido y la Nugh-Shigurath había tenido ya 21 chicas llamadas Nadine en sus filas, ella era la 22.

Se pregunta cuantas de esas 21 seguirán vivas, y se pregunta también cuantas han terminado balanceándose en su habitación.

La hechicera la mira de arriba abajo sin disimular, luego clava sus ojos en ella para hablar.

Con los años Nadine a aprendido a medir a las suyas, y cuando ve sus ojos y lo vacíos que están lo sabe.

Sabe que esa mujer ha descendido en el Oráculo como ella, muchas muchísimas veces. Seguramente en mas ocasiones que ella.

En ese instánte sabe equivocó con la Hechicera Superiora, y ella que ha terminado de escudriñar en sus ojos le habla.

  • Soy Elena, la 43, pero no vamos a estar usando el número todo el rato, ni tampoco vamos a terminar todas las frases con "Novicia" o "Hechicera Superiora". ¿De acuerdo?

  • Como deseéis.

  • Te preguntas porque estoy aquí.

  • Si.

Ella se acerca a Nadine, la mira a los ojos sin ni siquiera disimular el análisis.

  • Tienes miedo de lo que pueda decirte.

  • Si.

Se acerca un poco más.

  • Hay sorpresa en tí.

  • Si.

  • ¿Porqué?

Nadine guarda silencio durante un segundo mientras varias excusas pasan por su mente, pero su entrenamiento no es en vano, esas excusas y medias-verdades son apartadas, porqué la mentira solo es podredumbre dentro de cualquier organización. No hay lugar para la mentira entre ellas.

  • Os consideraba solo una mujer vieja y débil.

La Superiora ni se inmuta, han aprendido a decir la verdad entre ellas y eso implica aprender también a tener que oirla.

  • ¿Porque vieja?

  • Solo he visto hechiceras superioras muy mayores.

  • La realidad no puede ser valorada solo a partir de tu percepción.

  • Si hechicera.

  • ¿Porqué débil?

  • Ya no descendéis en el sueño del Tejido.

  • Y crees que es porque ya no podría soportarlo.

  • Lo creía.

La hechicera se dirige a la puerta, la abre, mira al guardia y dice "Una silla", a Nadine le señala la cama y le dice:

  • Siéntate.

Ella se sienta, y aún que sabe que una Superiora no tiene ninguna obligación de contestar, aprovecha que tampoco nada le prohíbe preguntar.

  • ¿Van a apartarme del Oráculo?

La hechicera esta a punto de responder cuando entra el guardia con la silla, ella se sienta, y espera a que el soldado abandone la habitación antes de responder.

  • Casi con toda seguridad. ¿Es ese tu temor?

  • Si

  • Pero sabes lo que te ocurrirá si sigues en el Oráculo indeterminadamente.

Pocas veces son las que Nadine se para a pensar en ello, pero lo sabe. Al final no-soñar se vuelve demasiado insoportable, y por mucho que uno entrene su voluntad, esa fuerza de voluntad sigue teniendo un límite.

  • Lo sé pero...

  • ¿Pero que?

Nadine dice -casi de memoria- lo mismo que como Novicia a oído cientos de veces.

  • Es un sacrificio por la Escuela, y a cambio nosotras somos participes del Sueño del Tejido, somos participes del mundo que se oculta tras...

Pero la Hechicera Superiora interrumpe su recital.

  • Déjate de monsergas niña, te marchitarás como una planta, te obsesionarás cada vez más y más y más con el sueño, llegará un momento en el que te mearás encima y se te alimentara con tubos, y finalmente un día no tendrás la fuerza necesaria para regresar.

  • Es un sacrificio que las novicias hacemos para ....

  • Vosotras no hacéis un sacrificio, la escuela te sacrifica. Y lo hacemos porqué en la mayoría de casos... es lo mas útil que podemos extraer de vosotras.

Nadine sabe que las hechiceras del Oráculo deben hacer ese sacrificio, y palabras tan desalentadoras solo pueden significar una cosa.

  • Me apartareis del Oráculo.

  • Si.

Una alarma salta dentro de ella, reconoce los signos que -en un instante- provocaran que las lágrimas afloren en su rostro. Podría pronunciar una palabra interior y extinguir completamente esas lágrimas, pero a la larga eso es perjudicial, así que pronuncia otra palabra y su llanto es simplemente postergado a un momento mas óptimo.

  • ¿Porqué?

  • Porqué eres buena, pero estás a punto de perderte en el Sueño y...

  • Si soy buena porqué porque me aparta...

  • y además -la interrumpe ella-, te necesitamos para otra cosa.

La Hechicera saca una cajetilla de cigarrillos mientras espera a que la novicia ponga en práctica todo lo que le han enseñado.

Dentro de ella engranajes psíquicos se re-configuran a la nueva realidad de la situación, y ella espera a que la Novicia pronuncie para si misma palabras con las que apartar la rabia, la frustración, y otras tantas que no son útiles al momento actual. Un momento donde ambas saben que lo que se le pide, no es opcional.

  • ¿Que queréis de mi?

  • El Sol Naciente, nuestros protectores, la organización atraviesa un momento... complicado. Has visto parte de la situación actual, tu tenías razón sobre el híbrido, es Laura Shimoda. El otro es Douglas Einslin.

  • ¿Como lo sabéis?

  • Lo sabíamos antes de que lo soñases.

  • ¿Como es posible?

  • Cuando consigas abandonar tu obsesión con el Oráculo, descubrirás que aquí afuera también se puede obtener información. En este caso porque son nuestros protectores y hablamos con ellos. En otros casos "espías" y "sobornos". Siento decirte esto Nadine, pero el ochenta por ciento de la información útil... no viene del Oráculo.

Muchos se pondrían a la defensiva con un comentario así, pero las hechiceras han sido entrenadas para que el corazón no manipule la mente. Dos segundos de auto-crítica es lo que Nadine necesita para admitir que quizás si ha olvidado que fuera del Tejido también ocurren cosas relevantes.

  • ¿Quién es lob... ¿Quien es Douglas Einslin?

  • Segun nuestros espias alguien carente de importancia hasta hace muy poco. Según el Óraculo él podría traer cosas muy buenas, o horribles, pero en todo caso sus acciones no serán irrelevantes. Hace seis horas tomó el mando de la organización.

  • ¿Que tienen que ver conmigo?

  • Creemos que el hecho de que los acompañes puede ser decisivo en el devenir de los acontecimientos.

  • ¿Eso lo dicen los espías o el Oráculo?

  • Los espías creen que en pocos días Douglas estará muerto, lo apartarán y alguien mas 'adecuado' ocupará su lugar. El Oráculo ha visto esa opción también, pero la mayoría de nuestras hechiceras han visto otras opciones. Es posible que el Señor Einslin sea mas relevante de lo que parece.

  • ¿Pero porque yo? Solo soy una novicia.

  • Tu te viste a ti misma en el sueño, y es compartido, otras te han visto con ellos. Los descensos donde estabas presente tenían menos connotaciones negativas.

Nadine toma nota de las palabras exactas usadas 'menos connotaciones negativas', no resulta alentador.

  • ¿Que deberé hacer con ellos?

  • De momento nada, harás de enlace entre nosotros y el Sol Naciente, les transmitirás nuestra preocupación por que Sol Naciente siga protegiendo al Óraculo y a la Escuela, incluso en estos tiempos. Recuerdales que tenemos un pacto.

  • ¿Tan preocupante es la situación?

  • Tememos incluso que la organización pueda caer. Y si eso ocurre nuestra seguridad caerá con ellos. Durante el viaje podrás leer toda la documentación sobre la situación actual. Los informes de los espías y las transcripciones de las observaciones del Oráculo de este y de otros Templos.

  • Hay hechiceras más preparadas que yo.

  • No consideramos que seas la persona mas adecuada, pero te han visto a ti en el Tejido, no a otras.

  • Si Hechicera Superiora.

La hechicera se levanta, anunciando que su conversación está a punto de terminar.

  • Te recogerá un vehículo con una escolta esta noche. Ellos lo arreglarán para que te encuentres con el Douglas Enslin, y 'probablemente' con Shimoda.

  • ¿Conoceré a Laura Shimoda también?

  • En cuanto a eso... he visto las transcripciones de tus sueños con ella. Te recuerdo que tu has sido ella, pero ella no ha sido tú, el interés no es mutuo.

  • Lo sé.

  • Nos informarás tal como tengas su respuesta a ser su enlace con nosotros, y si aceptan, nos informarás del avance de la situación periódicamente. Te mantendrás tan cerca de ellos como sea posible, los aconsejarás cuando sea necesario. pero en ningún caso intercedas en su liderazgo sobre la organización. El Sol Naciente no se toma bien las incidencias externas.

  • ¿A que dirección debo informar?

  • A ninguna. Es importante que leas los informes, y que para nada te acerques a un terminal de red por ahora, hablaremos mediante el Ritual.

  • Solo las Hechiceras Superioras tienen permitido usar el Ritual.

Elena apaga su cigarrillo, y abre la puerta.

  • Felicidades, Hechicera Superiora Nadine.

Desaparece con el soldado, y Nadine se queda sola en la habitación.

Su sueño apenas dio a la escuela información relevante, ya la tenían casi toda.

Reflexiona sobre el hecho de que la mayoría de veces sus sueños quizás tampoco habían aportado tanto.

Instintivamente, y después de tantos años como quien aparta una mosca, pronuncia una palabra hechicera para apartar un hedor a sudor sucio y alchol que aún a día de hoy aparece a veces repentinamente y sin motivo aparente.

Residuos... Sacrificios que ni siquiera aportaron nada relevante a la Escuela.

Probablemente no la dejaran volver al Oráculo nunca más, y ahora que vuelve a estar sola en la habitación, piensa que quizás ahora si puede permitirse abrir esa puerta dónde encerró sus lágrimas.

Lo hace, y llora sola en su habitación.